viernes, 31 de julio de 2009

Boca de mosca


Boca de mosca, alien multicolor del agujero mas triste del mundo. Allí donde se posan los fantasmas que nadie usa, cáscaras del huevo donde nació la flor del desperdicio que besó un sapo, y se convirtió en sapo.

Succionador asecino del instinto bestial de los besos grises y azules, y grises y azules. Indicador de que algo anda mal... algo anda mal por acá, mirá como llueve de la tierra la putrefacción mas hermosa y brillante que un sapohuevocascarudo imaginó en su vida.

Boca de mosca, ni la fantasia spray del huesito del hombre, puede callar la canción de tus alas que se exiliaron de lo triste, agujero, mundo. Callar: cómo ríe el río rosa y la lluvia molecular.

No confundas espanto negro con intención, algo anda mal acá y vos te vas.

lunes, 27 de julio de 2009

El Gran Sapo. (ejercicio catártico, juego de liberación, que paso a transcribir textual)

El jardín estaba lleno, así se lo veía al jardín en cristales. Cristales y sapos obstruyéndolo todo. Piedras como sapos o sapos en las piedras. Pero estaba lleno de pequeños vacíos. Los pequeños que corrían entre los sapos y los cristales, tan pequeños y vacíos de todo. La nada siempre efímera derramando sangre en las piedras y en los sapos. Y no se qué estoy escribiendo, pero dicen que la sangre simboliza el deseo sexual, y eso es verdad. No se sube a las escaleras sin saber qué decir o que buscar desde la altura; vacíos y pequeños, no encuentran lo lleno. Pequeños vacíos entre los dientes de tu boca que derrama sangre, como la nada siempre efímera, como escalones tus dientes, o como las teclas de un piano negro de cola. Entonces dame un grito que por fin refleje todo en los cristales, todo lo refleje, porque no lo puedo ver. Y los sapos, los sapos que quedaron en mitades no saben cómo abrirse sin sangrar, sin sexo, sin verdad. Y los sapos, los sapos que quedaron en mitades no saben cómo abrirse sin sangrar, y siguen latiendo, aún después de muertos, tal vez muertos en vida, buscando u ocultando otra mitad. El jardín estaba lleno, y no importaba que la luz no supiera cómo tocar, ni por qué tantos cómo se prostituyen en el texto. Cómo: los sapos, los sapos coma, usted coma los sapos para averiguar cómo vomitan palabras de croar y se revuelcan sin cuerpo en un jardín vacío dentro de un jardín que estaba lleno antes, desde antes, hacía mucho tiempo que el jardín estaba lleno, esperando, aguardando el tema preferido de los sapos y la lluvia. Y bailan sin ritual empapados de aquellos cristales que nombramos, que en algún momento nombramos. Y hacia dónde vamos, llevando a los sapos, subiendo la escalera o volviendo a caer, hasta sangrar en pequeñas cajitas que guardan la luz que nunca tocó, la canción que se llovía desesperadamente en el jardín lleno de cristal, sólo llovía en el jardín de cristal. Los hombres ven el sol, aman al Sol, aman a El Sol, se refriegan sólo Sol, solos muy solos. Como las flores crecen al Sol, creen al Sol, ven el Sol, bailan alrededor del Sol, y todos están contentos, pero llueve en el jardín, adentro, lleno. Una vez me dijeron que al entrar al mundo de los sapos, ya no se puede salir. Yo no puedo salir, Alicia nos mintió y nunca volvió; el té y los juegos y el té se lamentan y sangran, sangran hasta esperar al Gran sapo y al Dios Sol que darán de beber, la sangre que sangran como la nada siempre efímera. Perdón por repetir, y repetir, pero es que la salida está en otro yo, en otro sapo, en otra Alicia que bailan y bailan en una danza desesperada al fuego del Sol; sin ritual, sin verdad, y sin sexo. Pero no importa su alegría, sólo llueve en el gran jardín. Entonces dame un grito que refleje la lluvia del jardín lleno, dame un grito que refleje la danza alrededor del Sol, dame un grito que se meta entre los dedos y las uñas de los pies y nos haga bailar, por los sapos los otros en un solo sapo de panza al Sol y los pianistas con sus colas negras; pero por favor dame un grito que no refleje, una voz en el aire como cristales rotos, un pedido que sangra sin voz en una lluvia que grita y grita. Por la lluvia, todo mojado en el jardín, en el jardín lleno de la música de los pianos y los pianistas, donde se posan los sapos, esperando que deje de salir el Sol que se devora las plantas sin piedad, y sin siquiera la violencia que amerita matar o vivir, ocultando otro yo. Esa es la gran cuestión?
El té ya no juega con la esperanza, y al Sol las panzas que murieron en los bailes de pastos, llamas, pastos, de quemaduras internas. El jardín lleno, visto desde cajitas de cristal donde se esconde la luz, en el jardín lleno llueve y nunca sale el Sol.
Atreverse a recorrer es para vacíos, que no guardan sapos en los bolsillos que no le hacen espuma al Sol, atreverse a entrar es no salir jamás: Detrás de las puertas de piedra vacíos, pequeños vacíos de Sol a llenar, con sapos o no, el cristal que falta del jardín que sobra, y no le den las sobras al Gran sapo que vomita flores ultrajadas, gastadas hasta la lástima, hundidas en la lluvia, hundido el suelo y el descenso, hundido el sueño en el rocío en el pétalo del vientre que se desgarra a mordiscones la poca piel, el poco agujero sin Sol. Entonces las rondas de sapos, los gritos, las llamas y el pasto, siempre vacíos, pero el jardín estaba lleno y llovía.

viernes, 24 de julio de 2009

Seguir


No se puede seguir, no se puede. La mucosidad de tu alma me necesita de algún modo, en algún punto de vista de enanos felices, tartamudos, agitados. Entonces agitame. Mové los mundos de un ojo a otro. No se puede. Seguir intentando, no se puede.

Ayer las palabras como techo, hoy la lluvia por que sí... mañana nos hervirá un sol a medias, sin tentativas, mediocre en su función de portador mágico en la efervescencia del poeta.

Y seguir intentado en las calles, no se puede. Se puede sí : ver la lluvia revolcarse con la luz de los faroles, escuchar el murmullo de los caminantescompradorescompulsivos, como una gran C, de cambio, cambio mi alma, una moneda, por un pedazo de carne a punto de cocción, por un pedazo de oído que escuche cuánto quiero. Una gran C, se puede.

No, no hay misterio en la escalera: se sube, se baja, se cae, se llega. No existe la mínima poca duda de si el escalón nos comerá a la noche, cuando los policías duermen, y el crimen recién se despierta; por que también, entonces, los poetas se despiertan... mientras unos roban la gran C, otros roban al lenguaje, lo usurpan, y lo desvisten, quieren verlo de cerca, en toda su desnudes, para que le abra sus piernas y no quiera ocultarle nada, para que le entregue su secreto de cien patas... algunos poetas, después lo matan. 0tros lo llaman la mañana siguiente entre gemidos post delirius.

Y no se puede seguir. En las estaciones de trenes no se puede seguir siendo feliz, amable, cortés, completo. Sí se puede: escuchar el ruido de los trenes, como una lluvia mecánica, contar cuántos boletos se aferran al piso para abrazar alguna cucaracha, que luego se comerá una rata y usará de frazada el mismo boleto estación Constitución. Después un chico se comerá a la rata, y fumará boletos de trenes, que suenan igual a lluvias mecánicas.

El adiós no se puede seguir: un hasta siempre, y la distancia cada vez mas larga de tu cara y mi cara, que luego se reproduce pegajosa en mi cabeza. Y el adiós no termina, el hasta siempre no se cumple en ningún país que recuerde cómo la despedida tiene hijitos con la memoria, y cobra comisión por cada canción, poema, película que trata al amor con la misma inocencia que nosotros tratamos al boleto de tren, a la escalera, y a la rata.

viernes, 17 de julio de 2009

Capáz









"No me arrepiento en nada de lo que hice en mi vida". Soy feliz así... hay! pero si hubiese viajado con él!!!, todo sería diferente ahora. Pero soy feliz y no me arrepiento de nada, de nada. Te juro, llego a mi casa y después de poner el mantel me espera él con su sonrisa de invento sin terminar, y con flores. Sabés?, siempre me trae flores después de .... bueno, como recompensa por cada dolor.
Él es bueno, las cosas que hace las hace por que su vida fue difícil, además reconozco que mas de una vez le dí motivos. Pero soy tan feliz, no me arrepiento de nada... su sonrisa vale mas que cualquier terapia, las flores no van hacia ninguna tumba, no, vienen hacia mi. A menos que yo esté muerta, y no lo estoy. Soy muy feliz, no me arrepiento de nada.
Ese viaje?... no, no hablaba de él. Hablo de otro. Esos otros que una nunca sabe, que son la incógnita del destino, la carta sin levantar... Me quería mucho,y yo a él, pero siempre hay un pero en cada lengua a punto de suicidarse. Y mejor, por que puedo decir tranquilamente que soy feliz.
Me encanta viajar. A veces, pienso que puedo trasladarme imaginando el lugar que mas ansío sólo con cerrar los ojos aquellas noches, que merezco no ser ser humano. Él me quiere aún cuando dejo de ser mujer, y soy lo peor... soy el gusano capaz de cometer los peores males, capaz de hacer brotar la furia de la persona que uno quiere y trae flores.
Pero si hubiese viajado... que sería de mi vida ahora? quizás sería una araña que se come al gusano y defeca flores... muchas flores, para luego enviarselas en un sobre a él... que se convertiría en el otro, en la incógnita, mientras grito a los cuatro vientos: soy feliz, no me arrepiento de nada.

#MIRACÓMONOSPONEMOS

Mirá cómo nos ponemos me pongo la voz entera no dejo que quiebren mi testimonio Me pongo las uñas y los dientes me pongo el dolor que tr...