jueves, 11 de febrero de 2010

Hormigas al ataque



Por mas que muchos intenten mantener el aspecto de una cucaracha, o hablar como gorila, y hasta discutir como paloma, la posibilidad de ser hormiga es muy limitada.
Cuando conseguían tener antenas, de inmediato una trompa atravesaba sus caras, y si alguna vez diminutaban como negros trabajadores, enseguida eran reyes de la selva.
No todos cuentan con la exacta esencia de hormiguear: tres pasos al sol, todo un oro verde sin lamer, y conservar hasta el día final la fidelidad terrestre, el corazón pequeño, y el plan perfecto de invasión.

viernes, 5 de febrero de 2010

De la A, hasta el Vientre



[ Todo es cálido y azul, y uno parece flotar y ahogarse a la vez...]

No es cualquier vientre el que alberga a Z, no es de esos que alimentan y acarician, sí de esos que te comen y te raspan. Por mas que Z babee ante la oscuridad lunar, o ría frente al sol en su frente, no existe ombligo alguno que lo deje respirar. Respirar, se sabe, en el sentido de: un hueco exhibiendo sus piernas abiertas azules, celestes, blancas, gimiendo todo un viento. Respirar en forma de ventana, en medio de un cemento gris, de una manzana cuadrada.
Z, perfecto buceador, nadador de mares sin mareas, conocedor hasta del cielo que pueden llegar a ser las algas, con el paso del tiempo.
Z olvidó que todo vientre tiene algo de protesta y de animal mojado, que grita y reclama, que acurruca y llora. Z olvida cada día mas lo que una nube es capaz de hacer en el agua calma, y que si Juan se tira al río, sus amigos también, y nadie debe llorar. Nadie.
Vientre de un solo color, pero que colorea todo flujo, cualquier grito; vientre casi puro, y pecador sonriente, vientre que no hace otra cosa que meter, cada vez mas hondo a Z; sin que parezca tesoro, pero tampoco isla flotante. Z se dejó vientrar, ventricular, ventear; Z se dejó como se dejan los pies tirados en el pasto multicolor, brillante; Z se arrastró donde no existe orilla alguna, y sin embargo, la espuma es rabiosa hasta cuando se duerme de costado, soñando con el centro del universo tocándonos la mano.
Cabe preguntarse, a modo de rezo fiel, cuándo el vientre parirá a Z, aunque éste sin ojos, y de orejas como flor, asuste al mundo en su perfecto orden bestial. Cuándo el parto consumará un mundo de la Z hasta la...

#MIRACÓMONOSPONEMOS

Mirá cómo nos ponemos me pongo la voz entera no dejo que quiebren mi testimonio Me pongo las uñas y los dientes me pongo el dolor que tr...