sábado, 26 de diciembre de 2009

La magia del mago

La magia del mago no derrumba paredes, ni ojos. La magia del mago es el insecto perfecto para un proyecto escolar.
Mira la tumba del mago florecer, mira la desesperación de los gusanos correr a nuevas tierras.
Ves todo ese tumulto de cuerpos pegajosos, verdes, vibrantes? los ves? ellos le piden al cielo un truco, sin importar los efectos, un truco. Pero no saben, no saben qué: cuántos qué contiene la palabra qué.
No era sencillo ser él, ir caminando y que los conejos blancos te claven los dientes en los pies; mover los dedos, sin querer, para terminar haciendo la posición 5: lluvia amarilla cayendo de los techos, pintándole en la cara un descuido feliz.
El mago no podía hacer reír ni a chicos, ni a mujeres de seda. Sin embargo, las palomas colegialas morían por meterse en sus bolsillos, y sacarle todos los caramelos, aunque fuera un extraño, aunque en su casa dijeran que no, mil veces NO. Amaban, tajos y tajos de sonrisas en sus caras, amaban cerrar el pico en sus casitas, y abrir sus alas con él: lo buscaban dormidas, olvidando el beso paterno en la frente, para tocarlo mas que con una mano: con un cuerpo entero. Luego, sus bocas estrelladas en la almohada, se derretían de saliva bendita, como cascadas salvajes sin intervención alguna.
El mago las invitaba a sentarse frente al escenario: piernas cruzadas, ojos maquillados sin pudor. Tres chasquidos de dedos enguantados, y una mariposa salía de su oreja, no sin antes crecer de su nariz una plantita que le facilitara la pose perfecta para una foto. Cinco chasquidos, una patada a la pared, y la luna se agitaba en sangre, era el dolor mas rojo en el cielo: y bocas abiertas, espasmos de palomas blancas, cabecitas de plumas revoltosas. Aplausos.
Entonces, el mago se saca la capa para echarse en un colchón duro, mirando un techo sin mentiras, mientras lo picotean en la cara como a un muerto.
La tierra vuelve a crecer, a taparlo todo, y los exiliados aparecen de nuevo a humedecerle los pies, a sacarle las uñas, a quitarle la lengua que nunca revelará el truco, aunque la magia se revuelque con alas mientras el mago, en tierra, no entierra mas que su cuerpo sin don.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Un solo Mario

No te rías así, de verdad te digo que necesito me cuentes cuántas nubes hay ahora en tu cielo: 2, 5? contame cómo son, qué formas abrazan a ese cielo que imagino azul menos tres. Si sopla el viento fuerte en este momento, o solo te besa las mejillas hasta enloquecer tu sangre.
Yo estoy muy lejos, lo sabes. La distancia es igual a un cuerpo vacío frente al mundo abierto; la distancia son como estas palabras.
Describime ese lugar que ahora te alberga mejor de lo que lo hicieron mis brazos, mis ramitas de corazón sin raíces. Qué cara pusiste cuando pasó la hormiga feliz, más feliz que tu risa por mi recuerdo. Ese lugar me importa mas que una foto tuya recordándome la muerte de los sucesos; quiero a ese lugar tanto como a tu boca, solo a tu boca, sola, indefensa en mi bestial vida. Así que no prolongues mas este pedido. Bajo qué cielo estas ahora? cuántos colores tiene la eternidad que nos corta los pies?... ¿las calles duelen tanto como mis rodillas frente a vos, que no estas... y estás.? Estás como una gran nube ocupando todo este cuarto. Pero entonces no estás, y esa forma etérea intenta entretenerme un rato, mientras me engaña en su fiel simulacro.
Cayó alguna hoja a tus pies?. De mi ventana puedo a ver a todos los árboles perder, perder mas que yo. Y me pongo contento, imagino que también a vos te está cayendo mi perdición, y a vos nada te mueve, ni un milagro llorando frente a una mesa.
No quiero saber cuántos cafés probaron tu boca esta tarde, cuánto asombro invadió a tus ojos por esos lugares... si, conoces de mi egoísmo de pez en la pecera; no quiero saber del océano. Contame cuántas burbujas estas haciendo ahora con tu respiración.
Te juro que abro la puerta y me meto de lleno en tu espacio... pero vos no querés llenarte, y es ese vacío el que te adoro. Ese hueco que me recuerda tanto a un lugar parecido a éste, donde te busco y te encuentro, y no estás. y.
Fin de esta ceremonia de deseo sin victoria. Acabo de no verte y eso me entusiasma, por que entonces me estás dibujando eso que quería: un alrededor que te abraza, y tu cara besándome solo a mi. A mi, solo.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tres colores

Pareciera que el sol golpeara las puertas de las construcciones hasta derretirlas, hacerlas polvo: edificios listos para la guerra, pero envenenados hasta la cal del calor.
El caminaba tratando de concentrar su mente en una sola cosa, sin embargo corrían amontonadas, salvajes, las ideas, las imágenes, el plástico de las sensaciones: retirar solo una vez- un perro- quizás todo sea un sueño- despertarme ir a trabajar- por qué- ese cartel- el árbol teniendo relaciones con la nube- vos- yo dentro de yo, yo- qué. Caminaba como alejándose de todo eso, de todo presente que se volvía pasado en cada paso furioso; las manos le lloraban, todo el cuerpo era un mar sin espuma, sin siquiera un alga roja creciendo a pesar de.
Los semáforos lograban dominar su espíritu, paraba, seguía, despacio... ninguna mujer pudo haberlo hecho mejor... era cuestión de hacerle luces, sin advertencias pronunciadas, ni gritos anticipadores... un gesto, un guiño, bastaba con el, no más, no menos. Ninguna mujer pudo hacerlo mejor.
Por fin vislumbra un café, de esos que el aire es manoseado y tibio, esos en los que nadie se mira la cara de tan dada vuelta que está. Un café doble. La porcelana alberga entre sí el veneno impostor, la risa vestida de esperanza. Quiere hacer durar el líquido en su boca, bañar sus muelas hasta cariarle sus frentes, sus mejillas sin besos. Y traga. La garganta cosquillea de tanto placer; pero todo tiene su precio: las piernas de la porcelana conteniendo la amenaza oscura, la vigilia de la cuchara mareada, borracha; el regocijo de la boca. Todo tiene su precio: 10 pesos por favor.
Por favor? acaban de hacerle un favor y el sin pestañear, el sacando de su billetera la repetición prostituta del sistema, y el favor llorando en un rincón de su alma por que ni siquiera él lo saludó, ni siquiera él le dijo gracias al favor que tantos brazos tiene y no ahorca, y no acaricia tampoco.
Paga por el favor.
Ahora las caras se dan vuelta, tiene que abandonar el lugar o seguir pagando por ello. Se vá.
Ya no piensa en tantas cosas a la vez. Parece que olvidó algo en aquel café: una pestaña, dos pesos, la dignidad? No!... olvidó al favor llorando sin pañuelo blanco y con tantas manos... sin un ser que se atreva a cuidarlo, a bañarlo por la mañana y ponerle talco.
El sigue caminando ya sin furia, de sus orillas parece notarse una leve espuma que crece de a poco: desvestirme en la noche y ver colores- tus ojos rojos- tu pulso verde- el tiempo amarillo.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Qué Mario qué

Mario no vá a saber qué decir. Sus palabras se convierten en tortugas cuando el tigre anda cerca.
No vá a saber peinarse como antes, -cuando era todo sol crayón amarillo-, ni disimular su caída frente a las polleras, ni el dolor punzante que le produce apretar una cuchara. Como si fuera poco, ellos le hacen la ronda verde brillante y paff! un ramo de erres le cae ensima a Mario, que no puede ni sonreír de tanto espasmo. No va a saber qué decir cuando suban las hermanas Ganas a revolcarse en sus oídos como finas bestias, y se peleen por besarle el tímpano, el caracol.
¿Y qué bocadientelengua es capáz de tragar todo el aire necesario, para decir, finalmente decir, un NO hermoso y brillante?. Las hermanas no van a entenderlo; Van a besarle hasta el beso del bolsillo, van hacerle espuma su sentido mas sentido y a volcanizar su inocencia.
Por que no sabe qué decir, y se sienta en su sombra cazando moscas para encontrar un pulso, que en el último instante, decida regalarle una palabra, una súplica, una necesidad.

martes, 13 de octubre de 2009

Experimento 2

Le dije que no comprara peces, no duran mucho tiempo en las peceras. Se muere uno, y se mueren todos!. Después soy yo la que limpia los cuerpitos, la que tiene que sacarle los ojitos y besarle las bocas. Después soy yo la que... Soy yo, esa, la tonta que mira el agua con plantitas de plástico verde hipócrita, como todo lo que compra él.
Estaba por gritarle las mil y una noches, cuando que quedaba un último pez vivo. Y ya no podía decirle que todos se morían, y lo estúpida que me siento, y... enfin... mi argumento se desmoronó por culpa del pez, y su nadar tranquilo.
Estaba por agarrarlo y hacer de su existencia una mera ilusión óptica, estaba por tomarlo cuando el clavó sus ojos fijos en el pez. Entonces tenía que sonreirle y decirle gracias, besarle las manos con olor a vereda, y sentir todo el asfalto en mi pecho azul.
"-Y vos decías que no comprara ninguno, que se mueren y qué se yo....mirá! éste sí que sabe como vivir". Eso me decía, mientras con una mano derramaba comidita blanca, para que el pez vaya en su busca, más animal que hambriento; con su otra mano acariciaba mi cabeza, apretando un poco mas fuerte cada vez que el pez le sonreía; lo ponía loco ese agujerito negro en el que apenas cabían dientes.
Después de que comieran los dos: nieve blanca por un lado, arena roja por el otro, dormían levemente sin acordarse de su existencia siquiera. Yo tenía tiempo de agarrarlo dormido, de clavarle mi mano como se clava la palabra venganza dentro de un cuerpo: hundimiento violáceo de fuerzas salvajes, besos que mordisquean la piedad. Comprendí entonces que nada podía interceder en mi acto, era mio por el derecho que paga la mente después de encarcelarse a un deseo, comprendí que casi no habría sangre alguna, y que el pez tendría de comer para una semana... y satisfecho me abriría su boca, para tragarme entera como nadie supo jamás.

lunes, 5 de octubre de 2009

Cuarto oscuro

La fiesta de los bostezos recién empezaba, y tenías olor a lluvia en todo el cuerpo. Actuaste de todas las maneras imposibles, con plumas rojas, con antifaces de brillantina, y hasta con tu propio rostro.
Aún sabiendo lo que significa entrar por una puerta y habitar toda una sala, desconocías la cantidad de ventanas que elevaron sus persianas, en el mismo instante en que tu fuerza se acomodaba en un sillón.
Empezaste a servirte de nieblas efervescentes, y el espíritu te sonreía con todos los dientes hasta abrirte en la cara un ojo mas; ojo que no se podía comer, ni invitar a bailar.
De tu sombra se ocuparon las polillas: fueron pájaros silvestres, montañas altas, la belleza mágica revelándole sus trucos... Mirá todo lo que hicieron por tu sombra!, simularon un cielo abierto mientras vos, reunías las contradicciones de tu alma para encontrar una única verdad. Cierto es que lo único suele multiplicarse, abrirse como una mujer en el abrazo de un hombre, y fragmentarse hasta inundar de papel picado toda la fiesta.
Pero vos olías a lluvia, y aún todo empezaba y volvía a empezar. El reloj se había embriagado de intervalos, y ofrecía en bandeja todas las horas, todos los minutos (y vos contando los segundos para reír!). Recién prendían las luces de colores, y podía verse guirnaldas amarillas en todo el salón, el simulacro de un barco fantasma seduciendo a la mar.
Lo cotidiano del beso en la mano te atemorizaba tanto como la caída de una pestaña, no podías entender la unión casi física, casi espiritual, de un cuerpo y un pedazo de alma. La pequeña se acomodó cerca tuyo, la pobre te tragó todo el aire; vos intentabas leerle todo el vestido, pero te invadías de ausencia al llegar a su rodilla. La pequeña arrugó su cara en 20 medias sonrisas, mientras tu enmudecimiento la desvestía un poco: boca-hombros-pies.
La fiesta empezó a desintegrarse en pequeñas partículas de polvo: ustedes hechos bestias, escarabajos, alienes: vos mujer, ella hombre, más que humanos y seres, en ustedes se mezcló todo, como en el dulce apocalipsis de los sueños.
La señora abrió la puerta, y se dispuso a limpiar con la ayuda de la escoba y perversión de las manos: todo el después volcaba espuma, y flotaban vasos a medio llenar.
-¡Señor si no sale de la cama no puedo cambiar las sábanas!
-pero la pequeña, la pequeña está durmiendo.
-No hay nadie aquí señor, debió de haberse ido como todos los invitados.
Y en un gesto de sorpresa siniestra, exclama:
-¡Oh, he tragado a la pequeña!. Febril locura de creerse uno con tan solo dos...!, deseo caníbal de querer apoderarse del amor en todas sus formas!

martes, 22 de septiembre de 2009

Experimento 1


(Cómo se deshacen las nubes en el pasto, y tu boca llega a no decir nada; época de manteles cuadrillé y cocodrilos que divagan.)

De verdad te alcancé una escalera, y miles de genios lloraron sus por qué; de verdad que amo a la mentira por ser mi única verdad, y le arranco patas, y le agrego alas, de verdad que todo es experimento para mi.
Aquella vez que atrapé una de tus palabras preferidas, y dije casi tonta, casi sin alma, que era pura diversión de coleccionista, era sólo para guardarla bien: reposarla en el tubo de ensayos, ver de que colores se ponía cuando desesperadamente le gritaba nombres de mujeres, o le susurraba fantasías de balcón, fantasías de bañaderas blancas, voladoras.
La primera observación: la palabra engendraba sola arañitas blancas. Aproximadamente 50 por hora. Después de tanto esfuerzo se le desmayaban las vocales boqueabiertas, segregando una saliva azul, casi negra.

Yo agitaba el tubo con fines explosivos, imaginándome tu cabeza y esas tres cosas que siempre guardas en ella. De la mesa el té, el florero sin flor, la cuchara sonriente, a tu palabra de ensayo que cada día se me abría mas.

Segunda observación: la palabra se come a las arañas blancas escupiendo las patas. La palabra fornica con las patas. Las patas se deshacen.

Era ir en busca de miel, y acordarme de ella; era besar la almohada pensando en ella; era odiar todas mis letras por amor a ella.

Tercera observación: Humo gris saliendo del tubo. Vidrios resquebrados. Una nariz humana en medio de la palabra.

Tiré todo por la borda; el sólo hecho de pensarlo era desesperación y corridas. Jamás quise la persona de vos; la sangre rápida y los huesos, todo lo humano que desplegás con tus acciones.
No quiero tu hombre dentro la poesía; él está matando el jardín, el hongo que florece a pesar de delantales blancos, y lupas.

sábado, 29 de agosto de 2009

La carne y la flor


Iba a sacar tus pies de mi cabeza, repetir hasta creer que nada lo tocabas, nada lo invadías. Pero las revelaciones me comían los ojos, a mordiscones, sin disfrute sin tenedor: era un sol bailándole desnudo a Marte, y eras vos reptando por las paredes de mi boca, de mi isla labial.
Yo te había vencido en un cajón de medias blancas-colegialas; yo te había podrido en una película que nadie vé el final, en una película que es maqueta de otras películas.
y qué haces ahí? parado sobre mi frente, intentando usar todas las letras del abecedario posible...
qué haces cuando ya nada se puede?, mis preguntas no preguntan, mis preguntan violentan un poco más mi garganta. Mi garganta ya no brilla, mi garganta se comió una luna rota, una luna falsa, una luna fabricada. En el momento en que me decís tu mejor creación, sólo puedo escupirte cascaritas de caracol, lágrimas de cocodrilo cristalizadas. Estás ahí, abriendo tu boca como fosa nasal, y no puedo hacer nada... nada para evaporarte, nada para desintegrarte hasta las uñas y los dientes, que son mas tesoro que tu espalda.
Parece que ahora, que justo ahora, las fórmulas juegan a las escondidas con las brujas, y yo cuento hasta diez con los bolsillos rotos de esperanza, por que ninguna magia encuentro para deshacerte, para hacerte polvo y preparar efervescencias con él y matar razones, floreros, soles que se prostituyen por una estrella, por un planeta que miente, que hiela tanto como vos.
Señores jardineros traigan todas sus armas todopoderosas! Él crece en mi como flor carnívora: salvaje y hambrienta de universo.

viernes, 21 de agosto de 2009

Ciempiés

Te llevaste todas mis palabras. : sol, luna, cama, piernas, cuellos floridos. . Te llevaste esas que inventábamos cuando todavía no había nada, cuando era noche todo el tiempo. Y todo el tiempo era tiempo.
Enferma, verde, monstruo hasta la lengua de no poder escribir, ni una sola palabra.
Te podrías haber llevado el recuerdo de dos cuerpos que solo cuerpeaban, corporizaban, aban. Te podrías haber llevado el amor. El amor!, si estaba en todas partes!, tirado en la cocina flemático y pegajoso; si estaba ahí, dándole de comer a las pulgas mientras nosotros... nosotros perdíamos el asco de ser mas que sólo uno. Y éramos 3!.
Yo renuncio a cuidar del animal. No sé si matarlo mientras duerme entre mis piernas, o ahogarlo cuando abre todas las canillas para sonreír. Yo te juro, no lo quiero. Devolveme mis palabras!
Ahora que la imposibilidad me besa todo el beso, y me promete el no amor que tanto rogaba cuando volvía tu cara de cara, tu bola mágica de viajes cortos; ahora que tiempo se deja definir como ahora, yo me niego al pasto de los contrarios donde siempre quise revolcarme, me niego al desenfreno apocalíptico de una sombra sobre mi, que ocupe todo, y me deje la nada intacta para volver siempre; por que siempre vuelvo. Miento si digo -aunque ya ni las frases hechas me pertenezcan- que lo imposible seduce todo mi imposible, que agranda la rabia mágica de mi gritobocapez. Pero... (el pero siempre regresa cuando el barco se pierde en tanta tierra a la vista), pero ahora quiero tu fanática presencia de ciempiés entusiasta, tu cara blanda llena de sol, y todas las palabras que te tragaste de mi fuente.

martes, 18 de agosto de 2009

Doré

Do Do Re. Sigan así. Do Do doré. "Yo quiero eso".
Afuera estallan discos y diplomas. Do Do Re. "Mi boca llega al piso"
Afuera las marchas no emosionan; "Yo quiero tener el oído de Beethoven : laberintos cartilagenosos que bombean sangre." Do Do Re.
Afuera el no pueblo, vencido, está diciendo algo, silban bajito la canción de las hormigas.
Do Do Re. Un escenario se recontruye desde los pies hasta el futuro, y la boca llega al piso. "Quiero eso".
Latigazo, nada de ruido. Abran las bocas, quiero oir el aire verde que implora alas, que implora plumas. Do Do Doré. Es patético ver una cuchara sonreir en un mar de leche. Do Do.
Afuera no es adentro, el payaso brilla, ¡Mirá las palabras están de fiesta!.
"yo quiero un piano" Do Do Doré.

viernes, 31 de julio de 2009

Boca de mosca


Boca de mosca, alien multicolor del agujero mas triste del mundo. Allí donde se posan los fantasmas que nadie usa, cáscaras del huevo donde nació la flor del desperdicio que besó un sapo, y se convirtió en sapo.

Succionador asecino del instinto bestial de los besos grises y azules, y grises y azules. Indicador de que algo anda mal... algo anda mal por acá, mirá como llueve de la tierra la putrefacción mas hermosa y brillante que un sapohuevocascarudo imaginó en su vida.

Boca de mosca, ni la fantasia spray del huesito del hombre, puede callar la canción de tus alas que se exiliaron de lo triste, agujero, mundo. Callar: cómo ríe el río rosa y la lluvia molecular.

No confundas espanto negro con intención, algo anda mal acá y vos te vas.

lunes, 27 de julio de 2009

El Gran Sapo. (ejercicio catártico, juego de liberación, que paso a transcribir textual)

El jardín estaba lleno, así se lo veía al jardín en cristales. Cristales y sapos obstruyéndolo todo. Piedras como sapos o sapos en las piedras. Pero estaba lleno de pequeños vacíos. Los pequeños que corrían entre los sapos y los cristales, tan pequeños y vacíos de todo. La nada siempre efímera derramando sangre en las piedras y en los sapos. Y no se qué estoy escribiendo, pero dicen que la sangre simboliza el deseo sexual, y eso es verdad. No se sube a las escaleras sin saber qué decir o que buscar desde la altura; vacíos y pequeños, no encuentran lo lleno. Pequeños vacíos entre los dientes de tu boca que derrama sangre, como la nada siempre efímera, como escalones tus dientes, o como las teclas de un piano negro de cola. Entonces dame un grito que por fin refleje todo en los cristales, todo lo refleje, porque no lo puedo ver. Y los sapos, los sapos que quedaron en mitades no saben cómo abrirse sin sangrar, sin sexo, sin verdad. Y los sapos, los sapos que quedaron en mitades no saben cómo abrirse sin sangrar, y siguen latiendo, aún después de muertos, tal vez muertos en vida, buscando u ocultando otra mitad. El jardín estaba lleno, y no importaba que la luz no supiera cómo tocar, ni por qué tantos cómo se prostituyen en el texto. Cómo: los sapos, los sapos coma, usted coma los sapos para averiguar cómo vomitan palabras de croar y se revuelcan sin cuerpo en un jardín vacío dentro de un jardín que estaba lleno antes, desde antes, hacía mucho tiempo que el jardín estaba lleno, esperando, aguardando el tema preferido de los sapos y la lluvia. Y bailan sin ritual empapados de aquellos cristales que nombramos, que en algún momento nombramos. Y hacia dónde vamos, llevando a los sapos, subiendo la escalera o volviendo a caer, hasta sangrar en pequeñas cajitas que guardan la luz que nunca tocó, la canción que se llovía desesperadamente en el jardín lleno de cristal, sólo llovía en el jardín de cristal. Los hombres ven el sol, aman al Sol, aman a El Sol, se refriegan sólo Sol, solos muy solos. Como las flores crecen al Sol, creen al Sol, ven el Sol, bailan alrededor del Sol, y todos están contentos, pero llueve en el jardín, adentro, lleno. Una vez me dijeron que al entrar al mundo de los sapos, ya no se puede salir. Yo no puedo salir, Alicia nos mintió y nunca volvió; el té y los juegos y el té se lamentan y sangran, sangran hasta esperar al Gran sapo y al Dios Sol que darán de beber, la sangre que sangran como la nada siempre efímera. Perdón por repetir, y repetir, pero es que la salida está en otro yo, en otro sapo, en otra Alicia que bailan y bailan en una danza desesperada al fuego del Sol; sin ritual, sin verdad, y sin sexo. Pero no importa su alegría, sólo llueve en el gran jardín. Entonces dame un grito que refleje la lluvia del jardín lleno, dame un grito que refleje la danza alrededor del Sol, dame un grito que se meta entre los dedos y las uñas de los pies y nos haga bailar, por los sapos los otros en un solo sapo de panza al Sol y los pianistas con sus colas negras; pero por favor dame un grito que no refleje, una voz en el aire como cristales rotos, un pedido que sangra sin voz en una lluvia que grita y grita. Por la lluvia, todo mojado en el jardín, en el jardín lleno de la música de los pianos y los pianistas, donde se posan los sapos, esperando que deje de salir el Sol que se devora las plantas sin piedad, y sin siquiera la violencia que amerita matar o vivir, ocultando otro yo. Esa es la gran cuestión?
El té ya no juega con la esperanza, y al Sol las panzas que murieron en los bailes de pastos, llamas, pastos, de quemaduras internas. El jardín lleno, visto desde cajitas de cristal donde se esconde la luz, en el jardín lleno llueve y nunca sale el Sol.
Atreverse a recorrer es para vacíos, que no guardan sapos en los bolsillos que no le hacen espuma al Sol, atreverse a entrar es no salir jamás: Detrás de las puertas de piedra vacíos, pequeños vacíos de Sol a llenar, con sapos o no, el cristal que falta del jardín que sobra, y no le den las sobras al Gran sapo que vomita flores ultrajadas, gastadas hasta la lástima, hundidas en la lluvia, hundido el suelo y el descenso, hundido el sueño en el rocío en el pétalo del vientre que se desgarra a mordiscones la poca piel, el poco agujero sin Sol. Entonces las rondas de sapos, los gritos, las llamas y el pasto, siempre vacíos, pero el jardín estaba lleno y llovía.

viernes, 24 de julio de 2009

Seguir


No se puede seguir, no se puede. La mucosidad de tu alma me necesita de algún modo, en algún punto de vista de enanos felices, tartamudos, agitados. Entonces agitame. Mové los mundos de un ojo a otro. No se puede. Seguir intentando, no se puede.

Ayer las palabras como techo, hoy la lluvia por que sí... mañana nos hervirá un sol a medias, sin tentativas, mediocre en su función de portador mágico en la efervescencia del poeta.

Y seguir intentado en las calles, no se puede. Se puede sí : ver la lluvia revolcarse con la luz de los faroles, escuchar el murmullo de los caminantescompradorescompulsivos, como una gran C, de cambio, cambio mi alma, una moneda, por un pedazo de carne a punto de cocción, por un pedazo de oído que escuche cuánto quiero. Una gran C, se puede.

No, no hay misterio en la escalera: se sube, se baja, se cae, se llega. No existe la mínima poca duda de si el escalón nos comerá a la noche, cuando los policías duermen, y el crimen recién se despierta; por que también, entonces, los poetas se despiertan... mientras unos roban la gran C, otros roban al lenguaje, lo usurpan, y lo desvisten, quieren verlo de cerca, en toda su desnudes, para que le abra sus piernas y no quiera ocultarle nada, para que le entregue su secreto de cien patas... algunos poetas, después lo matan. 0tros lo llaman la mañana siguiente entre gemidos post delirius.

Y no se puede seguir. En las estaciones de trenes no se puede seguir siendo feliz, amable, cortés, completo. Sí se puede: escuchar el ruido de los trenes, como una lluvia mecánica, contar cuántos boletos se aferran al piso para abrazar alguna cucaracha, que luego se comerá una rata y usará de frazada el mismo boleto estación Constitución. Después un chico se comerá a la rata, y fumará boletos de trenes, que suenan igual a lluvias mecánicas.

El adiós no se puede seguir: un hasta siempre, y la distancia cada vez mas larga de tu cara y mi cara, que luego se reproduce pegajosa en mi cabeza. Y el adiós no termina, el hasta siempre no se cumple en ningún país que recuerde cómo la despedida tiene hijitos con la memoria, y cobra comisión por cada canción, poema, película que trata al amor con la misma inocencia que nosotros tratamos al boleto de tren, a la escalera, y a la rata.

viernes, 17 de julio de 2009

Capáz









"No me arrepiento en nada de lo que hice en mi vida". Soy feliz así... hay! pero si hubiese viajado con él!!!, todo sería diferente ahora. Pero soy feliz y no me arrepiento de nada, de nada. Te juro, llego a mi casa y después de poner el mantel me espera él con su sonrisa de invento sin terminar, y con flores. Sabés?, siempre me trae flores después de .... bueno, como recompensa por cada dolor.
Él es bueno, las cosas que hace las hace por que su vida fue difícil, además reconozco que mas de una vez le dí motivos. Pero soy tan feliz, no me arrepiento de nada... su sonrisa vale mas que cualquier terapia, las flores no van hacia ninguna tumba, no, vienen hacia mi. A menos que yo esté muerta, y no lo estoy. Soy muy feliz, no me arrepiento de nada.
Ese viaje?... no, no hablaba de él. Hablo de otro. Esos otros que una nunca sabe, que son la incógnita del destino, la carta sin levantar... Me quería mucho,y yo a él, pero siempre hay un pero en cada lengua a punto de suicidarse. Y mejor, por que puedo decir tranquilamente que soy feliz.
Me encanta viajar. A veces, pienso que puedo trasladarme imaginando el lugar que mas ansío sólo con cerrar los ojos aquellas noches, que merezco no ser ser humano. Él me quiere aún cuando dejo de ser mujer, y soy lo peor... soy el gusano capaz de cometer los peores males, capaz de hacer brotar la furia de la persona que uno quiere y trae flores.
Pero si hubiese viajado... que sería de mi vida ahora? quizás sería una araña que se come al gusano y defeca flores... muchas flores, para luego enviarselas en un sobre a él... que se convertiría en el otro, en la incógnita, mientras grito a los cuatro vientos: soy feliz, no me arrepiento de nada.

miércoles, 24 de junio de 2009

LLamadas


Si llega a sonar el teléfono, otra vez, Marta se va enojar mucho. Dice que el sonido le perfora los oídos; sin embargo no comprendo cómo logra pasar eso: las orejas se entregan al derrame como espuma roja, dulce, crema de cuerpos etéreos.
Al menor movimiento de una mosca-que siempre pierden alas a las 5- violamos, todos, la estabilidad de los objetos, sometiéndolos a crear de su inhumanidad ruidos que se hacen música a los conocimientos pobres, limosneros, brillantes de Marta. Entonces, ni se acuerda de la mosca que buscaba atontada su ala perdida en alguna taza de té con limón.
Mario dejó sonar el teléfono. Creo que fue para metaforear en su cara un rasguño. Y lo consiguió. La cara de marta empezó a sangrar como río de leche, como laguna de licor, como mar de tinta. Nadie corrió para traerle una venda, todos sabían, que mas temprano que tarde, la piel engendraría mas piel y enterraría aquél dolor para no encontrarlo jamás.
Nos dió un beso a cada uno, incluyendo a la mosca que todos pensamos nunca notó, y se cerró los ojos con candado regalándo su cuerpo entero al placer de la cama sin sonido, perfecto amante: nunca tiene palabras que sustituyan un acto.
Entonces puede sonar el teléfono, por que ella está con la cama, y nadie mas, en su mundo donde la lluvia en la chapa no hace ruido, donde el grito no se interpreta mas que como grito. Y todos nos quedámos con la sensación de una tristeza entre mil, esperando que deje de latir el aparato de llamadas sucias, persistentes mendigas que no tienen luna, que día tras día pasan bajo el cielo sin luna; en su mundo de sin, sin, ring, ring, y llaman, llaman a Marta que nunca está.

miércoles, 17 de junio de 2009

Cartas

Hoy llegó la millonésima carta de su parte. Me escribe cosas que no logran traspasar el papel... me escribe formas, formas, formas. La veo y pienso, "¡qué lindo dibujito para colgar en la pared y tapar la mancha de humedad!". Pero mas tarde la leo en voz alta y digo : qué hermosa canción de best seller!
Escribe acerca de un dolor; uno que lo hace rimar varias veces, sobretodo en los últimos versos donde: cielo-hielo-Marcelo- forman la parte tonta que más me gusta. Un dolor que vomita hipérboles, enumeraciones, y yo que sé cuántos otros recursos literarios más...
me escribe de un dolor, me escribe. A veces me contento con sólo ver el sobre vacío... creo que significa mas de lo que el piensa.
Mi pared parece haber sacado plumas de papel, pero las palabras no traspasan...no.

domingo, 31 de mayo de 2009

Antes de salir


Acabas de darme la peor noticia de todas... no cabe duda alguna de que lo que más me molesta es el hecho-acto-prisión, de que me des; de recibir un pedazo de aire tuyo, un sonido voz carnívoro de tu boca. Después claro, está la noticia: te embriagaste, te acostaste con miles de cuerpos distintos, de sexos indefinidos e infinitos, y te diste cuenta (inútiles revelaciones que son apta para todo público) que no importa cuánta azúcar le pongas al café, siempre, pero siempre, cucharas, cucarachas, cucharitas lo revuelven todo.
No basta con que tu uniforme luzca sin arrugas y hable por vos, - y mire vos-, te invade la repugnancia por las orejas, se te caen 3 ideas al piso y nunca las encontrás.
La noticia me va a dejar dormir, y quizás hasta haga con ella cosas maravillosas, pero vos perdiste el sueño, la espuma leve de la leche de algún insecto, perdiste todo cuando pensabas encontrarte en rostros y luces iguales.
Todo va a seguir para mí. Sólo te pido algo a la manera de peliculas de blanco y negro, a la manera de tontas que solo lloran por amor: Cerrá la puerta antes de salir.

lunes, 11 de mayo de 2009

Los de Adentro



Nos deboran los de adentro. Lo sabés de las mil maneras posibles.
Presiono un botón, y en cientos de esquinas nadie se encuentra. Me olvido un paraguas,
y el juego deja de ser juego cuando se empapan cabezas blandas, arrugados huesos.
No quiero tu mano en mi mano, cuando puedo estar tocando boletos gastados, monedas,
el fondo azul de algún bolsillo. Quiero pedazos tuyos, de aquellas partes que desconocés, que no te interesa perder.
Enciendo una lámpara, y todo desaparece; todo lo que realmente me toca desaparece. Ojos como los tuyos solo quieren inspeccionar, abrirme el cuerpo sin siquiera realizar el ritual de desvestir :
destrozar el tiempo,
dilatar la espera,
que se caigan las prisiones, derrotarse.
Pero apretamos el botón; abusamos del café y de las máquinas. De repente quiero sueños, vos amor. De repente las palabras son millones y millones, y de nada sirve ya inventar.
Las mil maneras se nos cayeron encima,
vos no sabes cómo
yo no sé.
Los paraguas se amontonan en terrazas sin frío, sin pulso.
Dame una razón, para no seguir jugando

martes, 5 de mayo de 2009

Un té a las 3


Cuando sirve el té deja caer casi extasiada, casi dadá, la nieve dulce que representa la tristeza sin violín, sin boina pobre.
Después se cae en su silla abierta, hambrienta, y dice palabras de bienvenidas e invitaciones, que suenan como a una mentira abrigada con platitos de cristal y perfume a óleo. Y si abrís mucho un ojo, enseguida se te entrega como ramo de flores, con toda la actitud de sexo ofrecido y sin devolución; entonces, te arriesgas a decir las palabras mágicas de un NO, y ella... ella se convierte en todo lo que desea un ser humano cuando deja de ser.
Aún así hay cuestiones más graves, como una cuchara embriagada de infusiónes, a punto de decir mas de tres verdades... y todos saben lo que pasa cuando se dicen mas de dos cosas:
un mantel desaparece,
unos cuantos viejos se desmayan,
y toda la verguenza es víctima de latir.

domingo, 19 de abril de 2009

Siempre es Tarde

El problema eran las tardes -espacio intermedio entre lo que es la vida y la rutina-. La espada atraviesa la pared de un solo golpe, sin matar a nadie, a nadie. Él fija los ojos en la conciencia de si mismo, tragando el veneno de las 4, 6 y media. Le dá golpes puramente intencionales al suelo, con la misma punta del zapato con que pervertía a los objetos, que se cruzaban en su camino de asfalto cavernícola.
Era tarde. El té no servía de nada a las 5, el tránsito engordaba cada vez mas, como su vientre a punto de brillar. 7, 8... se acerca la vida con su caminar despreocupado, con manos de quien tiene a la noche despertandose entre bostezos y gemidos.
Él la besa; quiere hundirse hasta vivir... sangrar todo el animal herido que llora en lo intermedio, sacarse la piel y todas las frases que invernan en su boca, para luego entonces, anochecer.

viernes, 17 de abril de 2009

Circo

No te rías. Pedido y obligación.
No te rías. Violencia y piedad.
No te rías... la comicidad se te hace feroz en los gestos, como si una ola de salvajismo te sacudiera la cara.
Vómitos; llanto; saltos.
Nada de amor, nada.
Sos el monstruo que todos tapan, vivo y sin ficción. Cada abertura de tu boca imitan cuevas capaces de aplastar años, sueños, amor. Nada de amor.
No te rías, dientes y uñas nos matan en las esquinas, y vos sin verlo nos tragas; nos deborás; nos destrozás.
La sangre se hizo circo de acrobacias de osos grises, que se juegan la vida en la cuerda floja; que no saben cómo, dónde ni por qué, están; y sin embargo te hacen caso, te aclaman, te devuelven,
se te entregan; se te abren.
Te reís, ahogado de tanta carne azul, de tanto oxígeno sin libertad.
No te rías. La gran ciudad se desvanece, al fin... y vos siempre al principio.
Nada de amor, nada.
La pared se cae conmigo y los grandes carteles aún no dejan de brillar; y me tocan, me golpean, me matan.
No te rías. El amor se te pudre en los bolsillos y la tragedia te prepara un final sin dioses; asecinando la comedia en tu cara; violándote hasta los derechos y las medias.

#MIRACÓMONOSPONEMOS

Mirá cómo nos ponemos me pongo la voz entera no dejo que quiebren mi testimonio Me pongo las uñas y los dientes me pongo el dolor que tr...