domingo, 13 de febrero de 2011

Nido de paja



      Revisó la idea de cambiar de cama por segunda vez. El colchón sucio y gastado pudriendo las maderas de las cuatro patas, carcomiendo los huesos y la carne, saboreando el desgaste de una cama de 1 plaza y media.

       Sonrió al pensar en sus sueños chorreando las sábanas, y la malicia le acarició los brazos cuando supo que tendría que tirarlo todo. Abandonar el acto y la teoría: un espacio que es escenario de otros escenarios. Un cuadrado que es el círculo de un triángulo. Y abandonar; con la conciencia de un pájaro sin instinto, crear un nido para luego liberarlo de si mismo.
       Y pensó también, en los 4, 5 habitantes que había tenido su nido; de cuantos vomitaron fuego sobre el colchón sin sábanas, de los que habían besado su almohada para luego empujarlas a un vacío inmortal.
       Ahora tendría que matarla. Abrirla en pedacitos, vaciarla de sentido. Tendría que romperle el cuerpo, hasta su piel. Cambiar de cama como cambiar de mundo y nombre. Esconder las pruebas y limpiar la sangre; tirarla al río más discreto y estafador del planeta.
       Luego volvería alterada, temblando del poder que le confiere haber podido. Regresaría al piso que tuvo tantas sombras, a la incomodidad de los lujos culturales, a juntar paja por paja, de nuevo, todo el mundo, otra vez.

#MIRACÓMONOSPONEMOS

Mirá cómo nos ponemos me pongo la voz entera no dejo que quiebren mi testimonio Me pongo las uñas y los dientes me pongo el dolor que tr...