sábado, 21 de julio de 2012

Fue el Beso

  A Belén y Jimena.



 Totalmente improbable es que Marta bese a Mario y totalmente imposible es que las sábanas le cubran los pies cuando navega en su colchón de carne y hueso.
  Todo comenzó cuando Mario dejó caer de sus bolsillos, pelusas voladoras de magníficos colores que no dudaron en posarse en los hombros de Marta, llenándola de una saliva exquisita, pero brutal. Ésta se sintió de lo más inundada, y no hay peor cosa que un Río en la vereda  separándonos de nosotros mismos.  Cuando  intentó disculparse  las pelusas crecieron salvajemente, empujando a Marta cada vez más hondo de la superficie. Con la mitad de la nariz en las afueras, Mario la rescató con sus brazos de huesos transparentes, dejando ver que la valentía no se corresponde en nada con un cuerpo "musculento"
  Con el pelo chorreado de agua cristalina,  Marta sonrió a pesar de todo; señal por la cual Mario abrió su enorme boca dejando ver sus dientes perlados, casi gritando, casi arrodillados.
  Pero es imposible que Marta bese a Mario. Ella no imagina su vida en submarinos, ni en balsas, ni mucho menos en barcos de papel. Así es como ella huyó en su colchón por los feroces pisos de madera, tropezándose de vez en cuando con alguna escalera impertinente que le preguntaba la hora, o le sonreía a medias. Marta lucha con cocodrilos de dos patas, que se pisan la corbata y se comen sus sombreros.


lunes, 2 de julio de 2012

Menos Marta


   Como calla Marta, no calla nadie. Admiro su violenta boca tragapalabras, y la rudeza con que fulmina cualquier sonido fastidioso, y transgresor.
   Merece ser colgada en aquellos museos, donde la gente pasa con la sonrisa abierta  y las manos cirujanas capaces de operar aún en lo sano, en lo calmo. ¡Que pasen delante suyo, y balbuceen todo tipo de oraciones bien formadas! pero que luego la sintaxis se transforme en arma blanca, muy blanca. Entonces  Marta se dejará abrir sus palabras para no morir, y la gente la encontrará pobre. Solidaridad intelectual: siempre sobran fracesitas perecederas, y nos hace bien ponerlas en la gorra; que haya una Marta menos en el mundo, para soñar contentos con la extinción de los silencios.

#MIRACÓMONOSPONEMOS

Mirá cómo nos ponemos me pongo la voz entera no dejo que quiebren mi testimonio Me pongo las uñas y los dientes me pongo el dolor que tr...