La función de los aplausos comenzaba a las cinco en punto, justo cuando las señoritas derraman sus té en las carteras gamuzadas y agujereadas por las polillas.
Los mosquitos se preparan para el evento con una enorme sonrisa: lavan sus alas con jabones perfumados a violetas y se ponen dientes nuevos, de perlas húmedas.
Cuando los mosquitos están sentados en sus asientos, tratan de imaginarse una isla perfecta en el centro del planeta, que desconoce palabras humanas como gobierno, o mesa.
La música suena carnal y huesuda, y los aplausos empiezan a formarse con los dedos, para cerrarse con las palmas boa-estrella.
Los cadáveres de mosquitos caen como nieve fría en un piso azul hermoso, que luego será barrido para sacar las penas de los pies de las hormigas, que se ponen tristes cada vez que nieva.
Como será una caricia de una palma boa-estrella, caliente, que muerde y te hace sangrar, mientras el espectaculo es todo, y también sos vos, mientras el vacío y la tierra de confunden, se persiguen, y se alejan
ResponderEliminarsolo vos podes escribir de esta forma, haciendo con cada palabra una obra hermosa que derrama amor hasta en las palabras que le siguen, y que me hace imaginar .. cual mosquito .. islas utopicas, y me dan ganas de lavar las alas para salir volando a buscarte.
ResponderEliminarte amo!